Arquitectos: Thomas Phifer Ubicación: Millbrook, Nueva York, Estados Unidos Arquitecto a cargo: Stephen Dayton Arquitecto del proyecto: Andrew Mazor Equipo del proyecto: Len Lopate, Joseph Sevene, Andrew Deibel Ingeniero Estructural: Weidlinger Associates, Inc. Diseño de Iluminación: Fisher Marantz Stone Contratista General: Robert Bump Construction Superficie: 613 m2 Fecha: 2010 Fotografías: Scott Frances
El viaje de llegada a la Casa Millbrook es a través de una pendiente apacible, enfocada en la experenciar y re-experenciar la tierra. En este terreno de 810 m2, una arquitectura de discretos objetos geométricos ubicados dentro de un heroico paisaje caracteriza la ruta, mediante una secuencia desenvuelta de fortalezas y vistas. Yendo hacia arriba, a través del bosque hacia un pequeño estacionamiento de gravilla, la aproximación cambia a un sendero, elevándose a lo largo de la pendiente de la colina. En espíritu, la progresión rememora el serpenteo aparente, aunque el sendero hábilmente orquestado hacia un antiguo templo griego, haciendo participar al visitante con el paisaje que parece incluso más sagrado que el edificio en sí mismo.
En Millbrook, la primera vista de la forma construida es un voladizo, una caja de acero oxidado, la casa de visitas, flotando sobre una esquina del estacionamiento. Rojo profundo, paneles de acero patinado del muro de retención, extendiéndose desde debajo del estudio recto hacia la colina, elevándose con el ritmo regular de las placas de metal independientes de las placas de piedra, ubicadas en la pendiente como peldaños sobre una piscina.
El ascenso alcanza la cresta de la colina, una cima cubierta de verde, flanqueada por un pabellón rectangular vidriado por un lado, y en la esquina opuesta, una serie de cuatro volúmenes bajos de caoba, tan puros y destilados en su repetición geométrica como una escultura minimalista. Esta organización en torno a una estructura claramente larga, vistas en perspectiva del Valle Hudson, con una reminiscencia del gesto de captura visual de la Universidad de Virginia de Thomas Jefferson y el Salk Institute de Louis Kahn.
El pabellón vidriado en Millbrook se posiciona tan livianamente y con tal transparencia que su piso parece fluir de forma ininterrumpida desde la carpeta de césped del rededor. Una vez que se cruza la fortaleza, dentro del espacio estar-comedor-cocina, se abren vistas panorámicas completas dramáticas y en todas direcciones.
Este volumen claro juega contra los monólitos revestidos en madera, son ventanas desde donde se ven, su revestimiento de caoba opaco hace eco de la riqueza de la tonalidad terrenal de el acero envejecido. Aunque aparentemente parece flotar, el pabellón y sus contrapartes de madera se conectan internamente, por debajo del terreno vegetado. Cada caja de caoba, parcialmente encajada en el terreno en pendiente, forma una cabina privada para dormir y bañarse, entrando un nivel por debajo del pabellón de vidrio. Como si emergieran de la tierra, estas cabinas de altos cielos tienen una relación íntima con el paisaje. En contrapunto a la visual expansiva de la parte superior de la colina, se abren hacia el este, hacia el sol de la mañana, cada una a su propio jardín de bambú y el prado más allá.
La percepción de la casa y el terreno evoluciona: no simplemente a medida que se cruza el lugar, sino que también a medida que uno se mueve a través del interior, desde un gran espacio común hacia espacios más tranquilos y privados. En el exterior, la experiencia se incrementa a medida que se sube por la colina y se camina por el césped. Pero sólo cuando se llega dentro del pabellón de vidrio se alcanza el climax del viaje, desde un espacio contenido abriéndose hacia lo vasto del paisaje.
